Hola a todos. Nos han llegado noticias sobre la preocupación de nuestros fans por nuestra desaparición repentina durante tres días, pero aquí estamos, en Praga todavía.
Lamentamos la demora, fieles seguidores malacostumbrados.
Laurie es nuestra probadora de bebidas nacionales. Luego de la Casera española, podemos verla aquí con nuestra amiga la Kofola, la cocacola checa. Llame ya.
Lo primero que hicimos en Praga fue entrar al museo del cubismo checo, para comprobar que el cubismo les pegó... bien raro.
Éste es nuestro favorito, jesús caligari.
Las escaleras del museo tienen ese qué sé yo.
En la plaza mayor, el reloj astronómico. O astrológico.
No entendemos los carteles. Amistoso público, desásnennos, explíquennos qué se puede y qué no en esta calle.
Praga is the freakest show. A continuación, obras maestras del urbanismo:
La moda del techito se extiende como un fantasma por toda la europa.
Ésta es una sinagoga. No cualquiera: es la sinagoga del golem. Dicen que hay una puerta que no se abre por años: dentro está la arcilla que dio vida al monstruo. Y en el cementerio está el rabino que le dio vida, y muerte. El guardia de seguridad de la puerta nos dijo que era "todo chamuyo".
Evidentemente, es una ciudad metafísica. O una ciudad con preguntas existenciales. Nomás miren la estatua de Kafka.
De la cebolla con palito a la cebolla con rabino. Acá, la sinagoga española.
El té concheto en deslumbrante jardín.
Día 2. Desayunamos.
The map lover no puede parar.
El metrónomo. En los mapas turísticos de praga aparece del mismo tamaño que todo el castillo de Praga. Sin embargo, es solo esta reverenda garcha.
Aguante praga, aguante el photoshop. Pop Prague desde el jardín del metrónomo.
Les pedimos por favor no emitir opinión sobre la próxima foto.
Jardín metafísico.
Los jardines reales. Esa es laurie. No, mentira.
La torre de la TV.
El invernadero moderno del jardín real.
El verdor de los alrededores del castillo.
El verdor rodea el palacio de Praga. En un momento hay un puente, y por debajo un túnel. Laurie vio luz al final del túnel... y corrió, forest, sí que corrió.
Del otro lado del túnel, esto.
Ya en el palacio, con ustedes, la mejor iglesia vista hasta ahora. Felicitaciones, San Vito.
A los checos no les alcanza con una torre. De cada torre tiene que salir otra, y otra, y otra. Dicen que cortás una y salen cuatro. Bah, al menos lo decimos nosotros.
Pop Vito.
Siguen las novias. Don Vito, que es muy copado, presta su fachadita para el photoshoot. Pero claro, te puede salir un turista en la foto.
Y ahora lo importante. En un lugar del castillo está este pito. Digo, este tipo.
Todo parece indicar que hay una tradición.
Nuestra preferida:
El callejón de oro. Dicen que Kafka vivía acá. Para nosotros, pura escenografía. Anotamos: decepción multicolor. Hasta caminito le pasa el trapo. Kafka se la come, Riquelme se la da.
Atracción turística. Como si no hubiera miradores en cada cuadra de la ciudad.
Presten atención, amigos daltónicos, a la morfología pragueña: la torre-en-torre, el palito-en-palito, la bola con palito y nuestra all-time favourite, la cebolla con palito. En primer plano el puente de carlitos, pero a quién le importa.
Agus se mimetiza con el paisaje urbano. Hasta pensó en ponerse un palito sobre la cabeza.
Debajo, donde vive la plebe, nos encontramos con este festival, United Islands. 7 escenarios en todas las islitas del río cuyo nombre, brutismo puro, seguimos desconociendo. La foto la hicimos sesentosa; faltó el barro y estábamos.
El festival era bastante family friendly. Mamaderas con birra y otras yerbas buenas.
El paisaje le ganaba a la música.
Día 3. Empezamos con el pabellón creado para una exposición internacional en el siglo XIX. Los arquitectos sabrán apreciar esta espantosa mezcla de historicismo y revolución industrial, que sigue en pie y usada para ferias.
Al lado, un edificio más tranqui y bello.
Después nos fuimos al DOX (cuadrado, círculo, cruz), centro de arte contemporáneo. Muy bueno. El bar tenía estas lámparas geniales, droog design meets italia meets pixar.
En el patio, unas chicas tomaron demasiado sol.
Un cristo de zapatos usados. Detrás, una calavera gigante roja que giraba como una veleta. El arte contemporáneo es así, incomprensible.
Mirá, Laurie, es todo tan blanco y divino.... Poné cara de artista, dale.
Afuera, street art y autos locos.
Cruzamos a la otra parte de la ciudad. El senado, con sus jardines y una exposición sobre unos paracaidistas checos que mataron al "arquitecto del holocausto". Mientras los turistas fotografiaban las pornoestatuas, Laurie se dedicó a su afición por los objetos de tamaño reducido.
La zona de Malastrana es una belleza. La Praga veneciana, y la modelo milanesa.
Nos gustó esta estatua. Como que hay amor, no?
Prague's next top model.
Malastrana, como buen barrio de praga, es metafísica también. Miren estos negocios:
La puerta de la embajada de alemania. no le falta nada eh.
Y ahora sí, nuestra parte preferida de Praga. La colina de malastrana. Bosque parque verdor amor. A Laurie le gustó mucho.
Pero mucho.
Pero muchísimo.
El verdor en su máxima expresión.
Amor, naturaleza y síndrome de down.
El próximo chiste es sobre negros.
Y gitanos.
Y putos.
Y discapacitados.
Pero aún con los pies ampollados, Agus tomó esta bonita panorámica de la ciudad, con la que volvemos a amigarnos con el Comfer.
A los pajaritos también les gusta la vista. Romantic.
En el mismo cerro tenemos también la zona hipster. Nan Goldin.
No es fácil ver hipsters en Praga. Y eso que son fáciles de distinguir.
Mediante este post queremos anunciarles que nos vamos a comprar esta casa al pie del cerro.
You wish.
Son las 6 y media de la tarde. Y este es el epígrafe más boludo del post.
El chaboncito no está seguro de que esa sea la hora correcta, y prefiere fijarse en su celular.
Mira de vuelta al reloj de la calle, confundido.
Y dice la puta madre, estos celulares chinos no sirven ni para dar la hora.
Laurie encontró una barra de cereal con el nombre de su gata. Y se la comió.
Agus, mientras Laurie hacía su zoofagia, se quedó mirando este mural.
Para luego, al final del día, despedir a nuestros seguidores con una vidriera ultracontemporánea.
Les dijimos que Praga era rara!






























































































3 comentarios:
Me divierte mucho ver sus crónicas fotográficas! Sigan disfrutando y compartiendo =)
Jajajaaj genial!!!
Chicos, acá... la maestra ciruela: el río que cruza Praga se llama Moldava en castellano y Vlata en checo... Todavía estoy tratando de encontrar alguna explicación a tan libre traducción, pero no la encontré por ahora. Bye!!! Enjoy!!!
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