19 jun 2012

una vida entera en 5 cuadras

doble post en un día. eso es querer a nuestros fans. empecemos:

la casa de nuestro amigo walker está buenísima. anoche hablamos con él sobre los coleccionistas. según él hay varios tipos: los que coleccionan porque no se animan a tirar nada, los que son selectivos y coleccionan un solo tipo de cosa con obsesión, etc... él vendría a ser de los que les gusta todo. si no, vean:








el departamento es parte de una de estas monstruosas viviendas sociales, tan comunísimas en el comunacho período comunistoide de entreguerras.

para más datos, la casa queda en algún lugar de acá:
ah, sí, confesamos: el personaje representado en la foto anterior es fan de los mapas, y si no fuera porque los pies le quedan afuera, lo usaría de sábana.

hoy no improvisamos, y concurrimos a destinos tan vienísimos como la salchicha o la milanesa (que juran que es de acá, estos malditos nazis expropiadores). el primero fue la casa de la secesión, galería de arte fundada en 1897 o algo así, diseñada por josé maría olbrich, adornada en su exterior por el colorado moser, y decorada en su interior con un espectacular friso de gustavito klimt. todos capos. la cupulita de hojas debería usarse más seguido.




enfrente de esta belleza, la contemporaneidad no está a la altura. una sala de exposición con una horrible muestra de artistas de Croacia, de la que sólo rescatamos esta gelatina viscosa con burbujitas y foto debajo. lindo para hincar el dedo cuando el guardia de seguridad no está mirando.


justo afuera estaba este bello lugar para almorzar. nosotros almorzamos ahí, pero con un falafel y en el pasto, no vaya a ser que nos castigue el dios judaico del ahorro.

cruzando la calle nomás, la universidad técnica, cuidada por su mascota el gallo claudio. buen gusto.

y si hablamos de buen gusto, miren este autito 

Bien. a solo 100 metros, un gran mercado de pescadito, frutitas y otras cositas para comer con la manito (as exemplified by this sweet young lady at bottom left).

cositas para comer con la manito, no era un eufemismo. abstenerse de comentarios.

en este mercado tambien vendían salchichas. a juzgar por el cartel, daba para prestarle atención a la fecha de vencimiento.

Y seguimos en un radio de metros. a la vueltita nomás, el Taj Mahal. No, mentira, sólo una iglesia con extraña decoración helicoidal.


En sus cercanías, estas gambas auténticamente arias nos dan la bienvenida al museo de viena, donde pudimos deleitarnos con armaduras y lanzas medievales, así como con una enorme colección de dibujos de klimt, a quien le gustaba mostrar bastante más que gambas. Por supuesto, no photos please.

Y para probar nuestra propia resistencia, un museo más. Pero no cualquiera, el castillo de Belvedere. Pueden ver el 0 a la derecha de Euro, lo que da un ahorro total de 36 euritos. uau.

Un uau más, esta vez para esta bellísima dama,

a quien afortunadamente le gustan los seres pequeños,

y los bien pequeños.

Hasta la próxima, amigos tercermundistas!

1 comentarios:

Julia dijo...

Falta una foto con el otro pequeño que le gusta!!!

Besos y sigan mostrándonos sus aventuras,
Los quiero mucho,
MAMI, de Agus

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colección czech jais